Las ex parejas y los gobiernos


¿Te has encontrado en un dilema? Yo también, lo hago ahora. Me pasa casi todo el tiempo. Con tanto tiempo para hacer y para pensar podemos caer en contradicciones. Lo que pensé a las 7 de la mañana resulta distinto a lo que pensé a las 12 de la madrugada.

No estoy escribiendo hoy para hablar sobre lo mal o bien que funciona el gobierno municipal, estatal o federal, menos para decir si en este país hay bueno o malos. Tampoco hablar mal de las ex parejas de las personas. Solo quiero hacer un simple análisis del porqué es tan natural que las personas no crean todo lo que el gobierno les dice, que no acatemos las instrucciones al cien por ciento que nos dirigen o que no se respeten las decisiones de los flamantes presidentes y gobernadores.

Piensa en el gobierno como si fuera una persona, un ser humano. Incluso podemos compararlo con una persona que está tratando de conquistarte y que luego se convierte en tu pareja. Dividamos esto en etapas.

Uno.
Tu conquista: Muestra su mejor cara, te invita a salir, muestra modales impecables y te habla bonito.
Tu gobierno: Aun no es tu gobierno, pero es tu candidato. En campaña te dice lo bueno que es, la experiencia que tiene, puede llegar a regalarte cosas y se deslinda de su oscuro pasado o lo oculta.

Dos.
Tu conquista: Te ha convencido, te das cuenta de las ideas en común, crees que algo lindo puede surgir de la relación. Le permites entrar en tu vida de diversas maneras.
Tu gobierno: Ya te convenció, tienen ideas y planes que te parecen adecuados, te inspiran confianza. Les das el voto el día de las elecciones.

Cuatro.
Tu conquista: Ha pasado algún tiempo. Las cosas no parecen ser iguales, se acabaron los detalles, crees que te equivocaste al elegirle como la persona con quien compartir tus días.
Tu gobierno: No te diste cuenta en qué momento cambió todo y perdiste la esperanza.

Cinco.
Tu conquista: Ya no le ves tan seguido, a veces tu familia te cuestiona sobre qué ha sucedido.  Un día, de mutuo acuerdo, deciden que es tiempo de que cada uno continúe un camino por separado. Sin saber cómo, ya hay alguien más susurrándote al oído, pero no confías mucho en lo que te dice.
Tu gobierno: El presidente ya no aparece en medios de comunicación, la campaña para las nuevas elecciones está en a todo lo que da y aunque te gustaría seguir creyendo, sospechas que la historia se va a repetir.

¿Y la etapa tres? Bien, esa la dejamos al final porque es en la que me gustaría ahondar. ¿Porqué? Porque desde mi punto de vista es la más importante, sin embargo, es la menos visible, toda vez que en ese momento de la relación no nos damos cuenta de lo que sucede para tomar alguna decisión y actuar en consecuencia. Es la etapa que nos puede ahorrar la cuatro y la cinco para llegar más pronto al fin de dicha relación, pero como dije, esta etapa es cuando nuestra cabeza está en algún otro lado pensando no sé qué cosas.

Tres.
Cuando llegamos a la etapa cuatro, si la cuatro, nos preguntamos ¿qué ha pasado?, ¿por qué cambió?
Como si ese cambio hubiera presentado de la noche a la mañana.
Aquí quiero hacer un paréntesis. En los últimos meses he conocido, a través de las experiencias de buenos amigos míos, un tipo de personas que me parecen algo extrañas. Son las personas que desde un principio se permiten expresar ciertas ideas, actitudes o cosas que ellos, según sus palabras, nunca se permitirían hacer, realizar o aceptar. En otras palabras, tiran mucho rollo para terminar convirtiéndose en aquello que juraron destruir.

Veamos ejemplos de frases repetidas con frecuencia:

1. «No me gustan las personas que están en este ambiente, no me siento cómodo. Tú eres diferente, por eso me gustas»

2. «Quiero que seamos claros siempre. Si algo anda mal yo te lo voy a decir de inmediato»

3. «No es necesario que nos bloqueemos en Facebook. Hay que ser maduros»

Ahora veamos la contra parte de esas frases, pero en acciones concretas:

1. Tres días después de que se separan se consigue a alguien con todas las características que te dijo no le gustaban y con las que no se sentía cómodo.

2. Pierdes contacto con esa persona por más dos días, le preguntas si algo sucede. «Todo bien», te dice… cuando le dices que necesitas hablar te dice: «yo también». Cuando logran verse, terminan.

3. Aunque te cuesta ver a diario sus fotos, crees que es la mejor manera de acostumbrarte a estar sin esa persona. El día que le extrañas y te dan ganas de ver sus fotos te das cuenta de que te ha bloqueado de todas las redes sociales.

Con nuestros gobiernos sucede algo muy parecido. En campaña repiten un sinfín de palabras agradables al oído: justicia, transparencia, seguridad, desarrollo, igualdad, educación, etc.

Y de pronto sucede lo inimaginable. La etapa tres de la relación. La que muchas veces ignoramos pero que es la más importante. Sucede lo que dijeron que nunca sucedería:

1. Se contrata a Francisca Zetina Chávez, mejor conocida como La Paca, una vidente, para ayudar a la entonces Procuraduría General de la Republica a resolver un crimen político.

2. Se promueve la leche Betty, un producto a bajo costo pensado para apoyar a personas en situación de vulnerabilidad. El problema es que el líquido tiene bajos niveles de grasa, bajos niveles de proteína, poco calcio, pero mucha presencia de bacterias coliformes (estrechamente relacionadas al suelo, el agua y el tracto intestinal de los animales).

3. Hombres allegados al entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México (antes Distrito Federal) son grabados y exhibidos recibiendo fajos de billetes.

4. La inauguración de obras públicas inconclusas (hospitales, por ejemplo) en el último año de todos los gobiernos para que se note que están haciendo algo para después esas obras no sirvan para nadie ni para nada.

5. La autoridad y las dos televisoras más vistas en el país se ponen de acuerdo para recrear la detención de una banda de secuestradores.

6.  llega a acuerdos políticos con un simpático personaje como Juanito para ganar elecciones y posteriormente ceder su cargo a aquellos que en verdad van a ocupar el puesto.

La intención de esto no es establecer si nos mienten o no. Todos hemos mentido, por más piadosa que haya sido la mentira. Se trata de las señales, de las percepciones, de ser atento en los detalles. De observarnos a nosotros mismos y a nuestro alrededor para poder tomar mejores decisiones en el momento, ya sea para saber por quién votar o si elegir continuar con esa persona a la que estamos dejando entrar en nuestra vida.

La realidad, después de esto, es que ya no me quedan muchas dudas del porqué mucha gente no le cree al gobierno lo que dice… ni a las mujeres y hombres que tratan de conquistarles.

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